Los seres humanos somos tan complicados,
tomando actitudes con las que herimos a quienes amamos,
hacemos promesas que no cumplimos,
decimos palabras que no entendemos,
nos comprometemos sin querer.
Hacemos lo que sea por quedar bien con los demás,
decidimos ignorar la verdad
por simple que sea decirla,
hablamos para pensar,
nos olvidamos de ser agradecidos.
Nos gusta experimentar a pesar de los riesgos,
nos cuesta pedir perdón y reconocer los errores,
nos quedamos cuando en realidad queremos huir,
dejamos de perseguir los sueños que un día anhelamos,
nos lamentamos por los imposibles.
Emprendemos caminos que luego abandonamos,
y sin embargo, se nos dan las mejores oportunidades,
nos fallan y fallamos,
callamos cuando debemos hablar
y entre otras cosas,
esperamos que otros hagan por nosotros
lo que deberíamos hacer nosotros mismos
para que cuando se equivoquen ellos
podamos decir: “yo sabía que no era buena idea…”
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