Te bese al despertar acariciando el pensamiento
de los sentidos eternos abrazados por el viento.
En lo cristalino de lo indescriptible; contemplo
mi sombrío tropiezo, no me quejo, aun cuando
los latidos del corazón acompañen el amanecer
invadido de suspiros con la tortura inimaginable,
que me lleva al borde de la locura.
Alcanzo a percibir el suspenso fallido y sus vacíos
cargados de olvido…
Espaciadas miradas al deseo preso de la fantasía intencionada.
H.R
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