En la distancia como guardián un abrazo y un beso
cada mañana te reservo, linea tras línea en mi secreto,
el despertar imaginado como una dulce realidad;
mirándome en tus ojos y con el reflejo de ellos
confirmar que nada ni nadie retendrá mi felicidad;
cumplido el sueño atesorado y discreto.
Cada palabra tuya en mi memoria guardada
por corta que sea, es lo de menos
experimento una calma indescriptible
al amarte a ti me fundo sin reservas, al escuchar tu voz
del otro lado del teléfono,
como un destello, una sonrisa se asoma, en mi semblante
aunque en el fondo mi alma llora al sentirte tan lejos.
He aprendido a avanzar en esta dividida vida,
insatisfecha con este cariño, que sabe Dios
cuanto durara, si sobrevivirá, en los intentos fallidos
la nueva ilusión renace como una chispa,
con intensa pasión, desarraiga lo imposible del corazón.
H.R
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