Engalanado con radiantes colores y esplendorosos
ropajes, como majestuoso señor de los bosques,
campos y ciudades, las temperaturas ignora
cubriendo con firmeza encantadoras y perfumadas
fragancias, su despliegue causa sensaciones
apasionadas, su sombra es una sonrisa a la humanidad
que cubre su cabeza a cuanto transeúnte por su lado pasa,
con asombro contemplan la belleza que irradias
deleite de las miradas expectantes.
!Cómo lo haces para no afectar tu día a día sin temor,
con el vaivén de tus hojas pareces hablar,
al hombre indiferente clamas, que ensañado tala tu esperanza,
aferrado a tus raíces con zozobra de tu tronco despojado
en la tierra que sostiene tu existencia, te sujetas buscando
refugiarte, con delirio conmovedor la abrazas
finalmente tolerante, resignado resistes
adornar la selva de concreto que le ahoga,
observando con nostalgia, incapaz de desviar la atención,
con suspiro inspiras fortaleza y gran pasión.
Admirable por la vida que mana de tu esencia,
anhelando un mañana, incierto.
Hay del ser que en su afán no se detiene.
-¡Basta ya!
de impedir su existencia,
su esplendor y presencia imparten vida…
H.R
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