Que puedes decirme tú, en esta noche que no acaba
eclipsando el alma de penumbras que cubren mi calma,
como deshacer el recuerdo de lagrimas acumuladas ;
suspirando su fragancia el aire disipa,
decepción ideada entre ausencia y distancia,
frió que brota confusión en las grietas del olvido,
dilata un suceso que le debe a los miedos
al abrir el cofre intercalo los secretos.
¡Nada es más temido que un dolor oculto!
atrapando el alma forzosamente enlazado,
preso en el fondo del deseo, sellando
memorias adormecidas, alucinando un amor sin disfraz,
enloquecido por alcanzar la esquiva felicidad…
H.R
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