No es tarde para un grito en el insomnio de la noche,
entre la luz y el viento existen momentos eternos
¡No espero a nadie! Ni siquiera un recuerdo,
porque a todos ellos los tengo tatuados muy dentro;
hace tiempo que paso la hora y el estruendo murió en silencio.
Una pausa no es el fin, es la fuerza del impulso
que desafía los miedos, de donde yo vengo no enseñan a renunciar,
es un lugar que trasciende en los sueños, se puede palpar,
más allá de la incredulidad ¡No espero a nadie!
Nada mejor que la imaginación con su derroche, coronada
por el fuego que llevo dentro, un talento frente a los ojos
de todos los tiempos.Sí con el pensamiento retenemos cada momento
encontrar esa magia llamada poesía será comprobar,
que se ha rescatado el latido de los suspiros y fluyen
por las venas como manantial de aguas frescas…
H.R
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