Muchas palabras se pueden decir pero acertadas,
posiblemente ninguna, el corazón y la mente
se nublan y en ocasiones el silencio taladra el alma
con los recuerdos, en el proceso se aprende a vivir
sintiendo el vació sin entender que nos abraza la soledad,
sentimos frió por falta de abrigo o por exceso de compañía;
remplazar la caricia, el sonido de una voz que nos sacude,
al escuchar, enlazamos lagrimas que fluyen como cascadas,
ahí, se experimenta, el impensable tiempo que expira
una forma precisa el protocolo tras la vestidura sombría,
como el agua entre los dedos la vida es un suspiro,
refugió, que desciende sin prolongar su existencia
teorizar sin razonar, especular en lugar de callar,
sabe Dios si arraigada el alma es encarcelada.
De tiempo en tiempo liberamos los sentidos, removemos
memorias inmortales, nudos extraños examinamos
sigilosamente, exagerando la lección incomparable huella
de un paso forzado, que un calendario registro.
H.R
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