Una noche fría de agosto se escucharon las palabras desgastadas con voz angustiosa para los sentidos del entendimiento que apenas podían creer la impetuosa tempestad conmocionando el corazón, en la búsqueda de significado.

Las razones del escape que antes de precipitarse lanzo su adiós a un escabroso desencanto; en un sendero clandestino, la inspiración delirante sin creer lo inexplicable, rompe en llanto y cae en una cuenta regresiva de recuerdos con la ilusión tocando la fragilidad en aparente calma, aun de las cenizas se rescata el aroma y la brisa, entona las notas de esos secretos que se descubren ante una esperanza perdida.

en lo absurdo, la calidez del sutil beso los abrazos y el loco afán del miedo, preguntas sin respuestas vuelan al vacío.

Sueña sin oportunidad en el tiempo que impotente grita y sigue anhelando entre estar y no soltarse. Tardar fue concluir que entre lo bello debería quedarse sin mirar atrás con esos ojos que aprendieron a percibir la estremecedora esencia del infinito amor

algo tan sagrado conserva su fuego percibe lo profundo en delirantes llamas de un imposible.

\ H.R